no tiene sentido explicar que baradero queda entre san nicolás y campana el lugar en dónde la dulce niña, mi elenita del recuerdo había abandonado el micro después de decir chau con la mano desde la puerta
pensé en la gentileza que no debe faltar nunca tratándose de visitar a una dama. me dí cuenta de que no le llevaba nada de regalo a caromarilyn.
no podía llegar con la evidencia de mi falta de delicadeza puesta sobre un par de manos vacías.
aproveche que el micro al llegar a baradero hizo una parada en una estación de servicio y bajé a comprar algo. era plena hora de siesta y los pocos comercios de alrededor estaban cerrados. hubiera querido comprar flores, qué otra cosa mejor que flores para una mujer, o un perfume, pero no hubo caso, todo estaba cerrado, todo menos un supermercado chino en diagonal a la estación de servicio, eso me ofrecía una salida.
cruce la calle desierta de la siesta y me puse a ver, recorrí las góndolas; un vino?, un desodorante, una colonia?, miré un mate que tenía escrito recuerdo de baradero, como le iba a llevar un recuerdo de baradero, qué sentido tenía, en todo caso unas masitas sería lo mas apropiado dado lo escaso de la oferta. seguí dando vueltas hasta que por fin tomé conciencia de la hora. compré un chocolate de los que están en la caja, uno de los buenos, que en verdad había sido lo primero que había visto cuando entré. a qué mujer no le gusta el chocolate. por mas que esté capturada por una de esas dietas que periódicamente todas las mujeres hacen. el chocolate no podría ser despreciado. pagué, antes de salir, volví sobre mis pasos y compré una botella de un champan de marca.
satisfecho sali a la calle, el micro ya no estaba
nuevamente los demonios jugaban sus cartas y yo quedaba barado en baradero con una botella y un chocolate en las manos, porque mi bolso estaba en el micro.
baradero, un lugar lleno de gratos recuerdos. allí había cantado con los tansónicos en la gira que culminó en ramallo. sentí unas ganas locas de ir hasta el auditorio municipal junto al río, el lugar de los recitales, lugar de citas y encuentro de la gente joven.
crucé la calle desierta, en la estación de servicio solo había una moto cargando nafta, me tranquilizó el playero al reconocerme,
__su micro está del otro lado revisando una goma. dijo el muchacho mientras le cobraba al de la moto.
¡qué alivio el chiquilin de la manguera en la mano!, ese no era un muchachito así nomas, era un ángel, un mensajero con manchas de aceite en las alas que me indicaba el camino que debía seguir. predicador debería haber sido ese chico en lugar de playero. lo bauticé como "el predicador de baradero" y en recompensa le tomé una super foto con mi nokia de última generación. le prometí que le enviaría una copia, subí al micro, enseguida seguimos viaje.
sonó el nokia, esta vez era norma mi abuela que llamaba para saludar, hablamos un rato,
__posiblemente vamos a necesitar mucho de vos norma le dije, pensando en lo útil que nos resultarian sus contactos y toda su información. no sabía yo que la familia de caromarilyn había avanzado mucho en todos estos años y que la estaba acompañando en el último tramo de la búsqueda.
pensé en las madres, las abuelas, en norma, en mi madre, en todas las madres que han sido y son fundamento de todas las luchas, se me humedecieron los párpados, evoqué una frase de guy de maupassant, creo que un pasaje de "la madre de los monstruos".
seguramente era real y necesario eso de que una madre debe estar siempre un paso atrás de su necesidad del hijo.
recordé escenas de "I killed my mother, matando a mi madre" una película francesa que había visto por la tele.
de todos modos de eso, de la cercanía o lejanía, de la distancia del vínculo con la madre yo no sabía nada, o lo sabía todo. lo mío con mi madre era algo muy diferente. mi madre había muerto en cautiverio a poco de nacer yo. a ella le habían impuesto los verdugos la distancia mas honda, aquella en donde se funde la vida con la muerte en la mas profunda fosa sin retorno.
allí y para siempre quedaba su grito eternal seguramente pronunciando mi nombre. grito-llanto que necesita para cesar que se congele el universo.
me consuela le pensar que aún no he agotado mi última lágrima por ella. volví a "la madre de los monstruos" y me dije que la distancia entre mi madre y yo habían sido esas lágrimas.
qué tortura no poder correrse de estos pensamientos tan lastimados.
acompañar en este trance a mi caromarilin era la alternativa mas válida para reparar.
encontrar a ese hermano era encontrarme otra vez a mi mismo, a mi madre, a la caro, a su madre, era como poder darle a ese destino impío que nos había atravesado a todos, una brutal bofetada para poder decir mañana será otro día sin tener que llorarlo.
__chicos ustedes pueden perderlo todo, o casi todo, solía decirnos norma a mí y a un par más, pero lo que no pueden perder es el compromiso con mañana, el tumorrou babys, el tumorrou.
continuará tumorrou
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