viernes, 16 de marzo de 2012

TUMORROU (facenovelita) episodio 37


subí al micro, me tocó arriba, al medio y del lado de la ventanilla. esa ubicación tiene su pro y su contra, se puede uno distraer mirando el paisaje pero en caso de una emergencia se puede complicar la salida, aunque si es la ventanilla que dice "salida de emergencia " que tiene el martillito colorado al costado, al que se le complica es al del pasillo.
me puse a enviar un msj de texto a la caro marilyn avisándole que salía.
casi al punto de salir, cuando ya pensaba que viajaría sin acompañante se sentó a mi lado una mujer jóven, tenía el pelo rizado muy rubio casi rojizo, llevaba una falda cortita de jeen, y una blusa escotada que le dibujaba la parte superior de los senos a la perfección de artista, tenía las uñas pintadas de un rojo intenso que resaltaba a la perfección en su piel blanca, inmediatamente pensé en elenita.
la jóven sacó un libro seguramente una novelita de un autor intrascendente, la novelita se llamaba "te veré mañana", pensé en lo liviano del nombre.
se acomodó en su sillón y abrió el libro, el micro ya estaba saliendo de la terminal y empezaron a repartir alfajores, cuando llegó nuestro turno la niña tomó los dos que le ofrecían, uno de chocolate y otro de dulce de leche, sonrió y me dijo
__lo quiere?, me dijo quiere, de usted me estaba tratando, preferí pensar que lo hacía por cumplido, por una urbanidad innecesaria, y no por dejar en evidencia las evidencias de la diferencia.
con la misma urbanidad sonrío y le digo
__ no te gusta el chocolate, el dulce de leche o los alfajores ?, dibujó otra sonrisa tan sensual como angelical y me dice
__mas de lo que te imaginás, pero engorda
el te imaginás me devolvió la lozanía de una juventud que hacía un ratito había sentido perdida cuando me dijo quiere. vino a mi mente el día del primer cruce de gratas e intrascendentes palabras con elenita y que terminara en el viejo diván de la calle defensa.
no, no podía ser que otra vez se repitiera la historia. qué demonios se habían colado por mi ventanilla transformándose en alfajores para tentarme ?
para no cometer un error, me repetí que aquella niña mujer no era la elenita de la laguna, la de los furiosos encuentros lascivos de chile y defensa, sino la ingenua y tierna elenita de la primaria que había crecido.

allí estábamos los dos sentados en el mismo banco de madera del aula de la vieja escuela 16, "general sarmiento", ella con sus bucles de cristal dorado plenos de aroma a colonia de lavanda, con su gran moño blanco almidonado a la cintura, con su cadenita de plata al cuello que resaltaba apenas sobre la pechera inmaculada del guardapolvo que abrochaba atrás, y yo con mi guardapolvo impecable, mi corbata azul marino con pintas blancas de niño prolijo, con nuestras mochilas repletas de útiles a los costados del banco.

permanecimos así no se cuanto tiempo, me pareció un montón de tiempo. estábamos ya en plena ruta y la niña dormía con su cabeza inclinada casi sobre mi hombro.
sentí mucha ternura, pensé en una hija, tal vez una sobrina, me dió una a gran alegría el que no la hubiese herido con una asociación inadecuada y que la hubiese instalado en el rango de mi otra elenita.
durmió todo el tiempo y bajó en campana, mucho antes de lo que yo pensaba. pensé que bajaría conmigo, quiero decir como yo, en san nicolas.
me hizo chau con la mano desde la puerta, le hice chau con la mano desde mi asiento.
pensé __ sonó la campana, fin de clase, es hora de volver a casa...

convinimos con la caromarilyn del socorro en que me esperaría en la terminal. me dijo que llevaría puesto un sobrero de paja amarilla, que con eso sería suficiente, que prefería identificarse ella porque le gustaba pensar en la sorpresa, en ser sorprendida, que eso le gustaba mas que el sorprender, que la ponía muy contenta que hubiese llegado el momento del encuentro que si no veía a nadie con ese sombrero no me inquietara, que ella estaría llegando del colegio francés donde daba clases de idioma español, que seguramente estaria cerca, que allá todo está cerca de todo y etc, etc, siguieron un montón de mensajes de texto que acortaron el viaje y desbordaron otra vez la capacidad escrita de mi nokia y empecé a escuchar otra vez la voz nasal de carlomarilyn que hablaba y hablaba.
el micro estaba entrando en san nicolás.

continuará tumorrou


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