episodio 8
"ella" era o había sido mi preferida, pensar en eso aliviaba mi dolor, su letra tiene todo lo que yo por entonces necesité y quizás ahora también, aunque también muchas veces me conduzco a los límites de una libertad sorda, irreverente que ya no intento.
en mi rodar por el desierto comprendí que lo peor no es el abandono, sino la entrega cobarde y bochornosa a él hasta el punto de convertirlo en un carcelero, un amo.
quién era ese yo mismo que había concebido semejante entrega al abandono?, debía hallarme, primero hallarme luego orientarme por esa cadena de médanos que dibujaban tentadoras realidades por las que deslizarse, seguramente mas tremendas que las del propio mar con sus columnas grafitadas y sus tiburones hambrientos, en el que había desaparecido tanta gente, y yo mismo hasta no hacía mucho poco.
me volví egoísta, suavemente egoísta. algo imperioso si realmente quería encontrar a la caromarilyn del socorro, a elenita y en ella a mí mismo. Encontrar ese amor perdido sería la forma de socorrerme. Claro que cabía la posibilidad de que caromarilyn del socorro no fuera la Elenita del recuerdo, eso lo tenía claro
menuda tarea me dije, calurosamente solo, como cuando era feto casi a término, que ya en su final, meditaba en el vientre de mi madre con otra lógica casi las mismas cosas.
Debo ser fuerte y precavido, tanto como entonces, me dije, para enfrentar la realidad de saber qué y cómo habrán pasado las cosas; la entrega, la tortura, la propia muerte, mi abandono en ese mar de desaparecidos, el llanto de mi madre sintiéndome en el propio hueco, un llanto que yo escuché hasta lo más hondo de su intento por retenerme. Luego la búsqueda
en qué locura había estado viviendo, quejándome como un niño burgués por la rotura del juguete preferido, en qué había estado pensando que me alejé tanto del significado de las cosas.
algunos acuden a ver videntes, tarotistas y esas cosas, yo esta vez acudí al diccionario para procurar el significado de mí mismo.
pronto advertí que el verbo ser no había sido editado, mejor dicho estaba tachado...entonces asumí como premisa la cautela. Fue entonces cuando me puse mi traje de rokero “tan biónico”, y empecé a cantar como loco en libertad; otra vez, "ella"
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