Episodio 7
cerré el celular, el chasquido de una valva sobre la otra precipitó la reedición de los tiempos del sunami.
Una pleamar insólita que echó por mar esas enormes columnas grafitadas y corroídas por el salitre junto con todo cuanto a mi alrededor había y que afortunadamente para no enloquecer alcancé a fotografiar.
todo lo que era mar, agua, devino en un instante, en arena, pero no la arena que yace eterna junto al mar, sino arena de desierto que es la arena que yace eterna añorando el mar
momentos antes de cerrarlo había releído cada uno de los mensajes, me detuve en el de las "palabras criminales", que sin dudarlo era el que me iba apartando poco a poco de la frivolidad de todos los otros.
"exactamente eso"; debía apartarme de toda frivolidad, dar vuelta todo, echar todo a rodar, romper con la tóxica armonía de lo cotidiano; ella la bella amenazante, ella arrogante, ella desapareciendo, ella volviendo, ella bañándose, ella la bella de siempre viendo la tv indiferente a toda muestra o demostración, ella la bella viendo bailar a Billy Elliot en el Royal Palace, para al final decir “qué bonitos los puntos dorados del amarillo de la guarda del telón rojo”, ella la bella recurriendo una y otra vez a la disociación para unir lo roto ...
ya basta! era hora de que volviera a ser ese rokero que de niño pasaba su tiempo escuchando y repitiendo como padrenuestro las letras de los "tansónicos", de los “repsoónicos”, de los “tan biónicos” por los que ya de grande se me caía la baba, como quien dice, de tanto que me gustaban.
y de repente, como quien quiere fundar un bálsamo en un momento de pleno naufragio sacudió mi memoria aquella elenita de la infancia, mi compañerita infanta de primer grado de la que entonces, estaba locamente enamorado del loco amor de un infante enamorado.
y me dije, solo por preguntarme algo, me pregunté si esa caromarilyn del socorro no sería aquella niña que amé con locura infantil y que nunca se había fijado en mí ? sumido en esta nueva chance que me alcanzaba el destino me eché sobre la arena para estar a la altura de las circunstancias y empecé a rodar sin rumbo, que es rumbo a lo hondo como suelen rodar las cuerpos abandonados. Acudíeron a mí los versos tan biónicas de "ella", y canté loco de contento
"ella tiene un luk,
tiene luk.
ella tiene suin,
tiene suin.
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